viernes, 5 de febrero de 2010

Poema sobre la naturaleza, de Parménides

LOS FRAGMENTOS DEL POEMA DE PARMENIDES

1,1 Los caballos que me arrastran, tan lejos como el ánimo deseaba,
me han acompañado, cuando me condujeron guiándome al famoso
camino de la Diosa que lleva al mortal vidente a través de todas las ciudades.
Por él era conducido, pues por él llevaban los hábiles caballos

1,5 que tiraban del carro, mientras unas doncellas mostraban el camino.
En los cubos y rechinando con estridente silbido el eje ardía (pues
lo aceleraban en vertiginoso remolino dos ruedas, una por cada lado), cuando aumentaron la
velocidad las jóvenes Helíades, marchando desde la morada de la Noche

1,10 hacia la Luz, quitándome los velos de la cabeza.
Allí están las puertas de los caminos de la Noche y el Día,
que sostienen arriba y abajo un dintel y un umbral de piedra.
Elevadas en el aire se cierran con ingentes hojas.
La Justicia pródiga en castigos guarda sus llaves de doble uso.

1,15 Las persuasivas jóvenes con suaves palabras la
convencen hábilmente de que para ellas el travesaño de férrea
piña quite pronto de las puertas. Volanderas crearon al abrirse
un inmenso abismo vacío entre sus batientes cubiertos de bronce
que giraron uno tras otro sobre sus goznes,

1,20 provistos de bisagras y pernos. A través de ellas las doncellas
condujeron rectamente el carro y los caballos sobre el ancho camino.
Y la Diosa me acogió con afecto; la mano derecha
con la suya tomó y me dirigió la pa1abra diciéndome:
“Oh joven, compañero de inmortales conductores,

1,25 tú que llegas a nuestra morada con caballos que te arrastran,
salud, pues no es un mal hado el que te ha inducido a seguir
este camino (que está apartado del sendero de los hombres), sino el derecho y la justicia. Es
preciso que conozcas todo, tanto el cora­zón imperturbable de la verdad bien redonda,

1,30 como las opiniones de los mortales, en las cuales no se halla la verdadera creencia.
Pero aprenderás también estas cosas, cómo las apariencias ha sido necesario que sean
probablemente, extendiéndose todo a través de todo.

2,1 Pues bien, te contaré (tú escucha y recuerda el relato)
cuáles son las únicas vías de investigación que son pensables:
La primera, que Es y no es No-ser,
es la vía de la creencia (pues sigue a la Verdad),

2,5 La otra, que no es y es No-ser,
ésta, te lo aseguro, es una vía impracticable.
Pues no conocerás lo No-ente (ello es imposible)
ni lo expresarás.

3,1 Pues lo mismo es el pensar que el Ser.

4,1 Mira cómo lo lejano se hace firmemente presente al pensamiento.
Pues éste no separará lo Ente con lo unido,
ni dispersándolo por todas partes totalmente según el orden del uni­verso,
ni reuniéndolo.

5,1 Igual es para mí
por dónde comience. Pues allí mismo tendré que volver de nuevo.

6,1 Es necesario decir y pensar que lo Ente es ; pues es el Ser,
pero la Nada no es; te ordeno que consideres esto.
Te aparto, pues, de esta primera vía de investigación,
así como de aquella por la que los mortales ignorantes

6,5 andan errantes, bicéfalos; pues la incapacidad en su
pecho guía el pensamiento vacilante; son arrastrados,
como sordos y mudos, estupefactos, gentes sin juicio
para las que el Ser y el No-ser son considerados como lo mismo
y no lo mismo, para quienes el camino de todas las cosas marcha en direcciones opuestas.

7,1 Pues nunca será conseguido esto, que sean los no-entes;
pero aparta tu pensamiento de esta vía de investigación;
y no te obligue a marchar por esta vía la costumbre tantas veces practicada,
excitando la marcha vacilante, el oído que zumba

7,5 y la lengua; juzga con el pensamiento la prueba muy discutida
propuesta por mí.

8,1 Sólo un discurso como vía
queda: Es. En éste hay signos
múltiples de que lo Ente es ingénito e imperecedero,
pues es completo, imperturbable y sin fin.

8,5 No ha sido ni será en cierto momento, pues ahora es todo a la
vez uno, continuo. Pues ¿qué nacimiento le buscarías?
¿Cómo, de dónde habría nacido? Ni de lo no-ente permitiré
que digas o pienses; pues ni expresable ni concebible
es que no es. Pues, ¿qué necesidad a nacer

8,10 antes o después le impulsaría si procediese de la Nada?
Así, es necesario que sea absolutamente o no.
Pero tampoco permitirá la fuerza de la Verdad que a lo No-ente
nazca algo a su lado. Por ello ni que se engendre
ni que perezca permite la justicia relajando las cadenas,

8,15 sino que las mantiene firmes. El juicio sobre ello en este respecto es:
Es o no es. Pero se ha decidido, como era de necesidad,
que [una vía] era inexpresable o impensable - pues de la Verdad
no es vía, en vista de que la otra avanza y es verdadera.
¿Cómo podría perecer entonces lo Ente? ¿Cómo podría nacer?

8,20 Pues si no ha nacido no es, ni si ha de ser alguna vez;
por tanto, queda extinguido el nacimiento e ignorada la destrucción.
Ni está dividido pues todo es igual.
Ni es más [aquí], pues ello impediría que fuera todo continuo,
ni menos [allí], pues todo está lleno de Ente.

8,25 Por tanto, es todo continuo, pues lo Ente toca a lo Ente.
Por otra parte, inmóvil en los límites de poderosas cadenas,
está sin comienzo ni fin, pues el nacimiento y la destrucción
han sido apartados muy lejos, ya que la verdadera creencia los rechazó.
Ello mismo en lo mismo permanece, yace sobre sí mismo

8,30 y así residirá inmutable allí mismo; pues la firme necesidad

lo tiene en cadenas envolventes, lo aprisiona por todas partes.
Por ello no es licito que lo Ente sea infinito (¿FINITO?).
Pues no es indigente de nada; mientras que no siéndolo carecería de todo.
Lo mismo es el pensar y aquello por lo que es pensamiento.

8,35 Pues no sin lo Ente, con respecto al cual es expresado,
hallarás el pensar ; ya que no ha sido ni es ni será
otro al lado de lo Ente, puesto que el Hado lo ha encadenado
para que permanezca apartado e inmóvil. Por tanto todas las cosas serán nombres
que los mortales pusieron convencidos de que son verdad,

8,40 nacer y morir, ser y no ser,
cambio de lugar y alteración del color que resplandece.
Pero, puesto que su límite es el último, es completo
por doquier, semejante a la masa de una esfera bien redonda,
igual en fuerza a partir del centro por todas partes. Pues ni mayor

8,45 ni menor es necesario que sea aquí o allí.
Ya que ni es lo No-ente, de forma tal que lo impidiese ser
homogéneo, ni un Ente que tuviese de Ente
aquí más, allá menos, pues es todo inviolable.
Puesto que es igual en todas las direcciones, alcanza de igual manera sus límites.

8,50 Con esto cierro para ti el fidedigno discurso y pensamiento
sobre la verdad. A partir de aquí las opiniones mortales,
aprende escuchando el orden engañoso de mis palabras.
Pues [los mortales] han decidido dar nombre a dos formas a modo de interpretación,
de las cuales es necesario no una -en esto se extravían ;

8,55 las han juzgado con aspecto opuesto y les han asignado signos
de modo diferente respectivamente, a una el eterno fuego de la llama,
que es dulce, sumamente leve, igual por doquier a si misma,
pero distinta a la vez de la otra ; pero por el contrario, esta es por sí misma
lo opuesto, noche oscura, cuerpo pesado y espeso.

8,60 El orden de todas las cosas verosímiles te revelo
para que nunca te aventaje ninguna interpretación de los mortales.